En enero me corté una uña del pie a las malas y terminé con una infección que, por descuido, me dejó sin uña del dedo junto al pulgar y con una cojera que duró más de un mes, con curaciones diarias (algunas recurriendo a agujas esterilizadas) y más adelante antibióticos para controlar. Ahora estoy ya repuesto, pero la uña no ha regresado del todo. Pensaba que crecería una placa nueva, sólida, pero en lugar de eso avanza a capas delgadas y chuecas que se van acumulando como pueden, a escalones, sin mucho orden. Al menos ya no duele, menos mal.