atardecer

Tenemos dos matas en la sala. Creo que las tenía en la oficina anterior y las traje a la casa cuando renuncié con la intención de llevarlas al nuevo trabajo cuando quiera que empezara, pero finalmente nunca lo hice. Ya en mayo cumplo un año en el nuevo trabajo, o sea que las matas llevan un año en la sala ya. Una de las matas suelta flores blancas invertidas (no sé cómo más describirlas) y la otra es una de esas que hojas largas son vetas rojas en los bordes. La de las hojas largas le ha ido mejor, crece y crece, pero ya no cabe en su maceta original, se rebosa, y sospecho que debería comprar una nueva. Es la primera vez que llego a este momento con una mata bajo mi supervisión. Casi siempre mis matas mueren muertes tristes en macetas olvidadas junto a radiadores de calefacción que las achicharran. Nunca abandonan la fase aspiracional. Me angustia que al transplantar la de las hojas largas la condene a alguna muerte horrenda. Ya me acostumbré a que esté viva.