mañana

A veces reviso las inscripciones en las placas de cemento de las aceras para saber hace cuánto tiempo están ahí. He encontrado algunas, todavía existen, que son mayores que yo, pero la mayoría llevan años que recuerdo bien, que son míos, de mi tiempo. Mientras camino sobre ellas pienso en lo que hacía, dónde estaba, qué me importaba, qué esperaba de mí, en esos días cuando la placa de cemento fue vertida en el andén, tal vez después de alguna reparación de tuberías. Sospecho que muy pocas de esas personas que fui me imaginarían años más tarde sobre esa acera de camino adonde quiera que fuera. De pronto incluso ni siquiera lo entenderían. Y no importa, supongo. Yo tampoco las entiendo a ellas.