Hoy pensaba que de pronto, no sé, tal vez sería apropiado decir algo o explicar por qué, una vez más, lo correcto es dar un paso al lado y permitir que el tiempo arrase o al menos arrastre lo que convenga que perdure. Me gustaría saber qué quedará cuando ya no estemos. Cuál es el destino de estas palabras cuando me olvide de mí mismo, de lo que creo que soy, y solo persista en estas notas desde el exterior, donde todavía hace sol y se puede respirar.
Hace poco la hija cumplió años y fuimos al parque a celebrar. Había llovido y hacía un calor pantanoso pero salimos igual. Ser un papá ya me sale sin pensar. Y soy todo lo papá que el símbolo exige aunque eso no sea lo que prefiera. Hay mecanismos básicos, cuya naturaleza ignoro, que parecen destinarnos a converger en un arquetipo torpe, mal peluqueado.
Ya volvió a salir la barba, por lo menos, y mañana nos vamos a acampar. En el bosque hace frío de noche y el silencio dura más.