Creo que no entiendo el placer que otras personas asocian a sudar tras hacer ejercicio. No sé si es porque sudo de más o simplemente por remilgos. Con el remo sudo, claro está. Y creo que con la rutina he empezado a sentirme cómodo con eso. Cuando no sudo me siento insatisfecho, con un trabajo a medio hacer. El sudor certifica el esfuerzo, me permite reclamar el logro. Podría decirse que lo aprecio. Durante el último mes, sin embargo, he perdido la disciplina. He pasado semanas largas sin retomar. La excusa es un miedo a lesionarme que me inventé. Creo que necesito volver a la frecuencia diaria, recobrar la inercia otra vez. Que sea algo más que no se piensa ni se decide, solo se hace. A ver si encuentro ese ritmo de nuevo.