Creo que ya pasó otro mes, al menos uno más. Este año se siente corto, como soñado; un bosquejo del paso del tiempo, para ilustrar la intención, sin verdadera voluntad de concretarlo. (¿Voluntad de quién? Tal vez este es sobre todo un atributo de la subconsciencia: propio en su esencia pero en la práctica ajeno. De ser así tal vez depende más de la disposición para atenderlo y detallarlo. Quizás no lo merece.) He leído más estos últimos días después de la sequía (no sé si con una raíz emocional) de varios meses de la que ya había escrito antes acá. Espero que persista porque me hace bien, me enfoca. Siento que descanso mejor. También me aleja del desconcierto que impera afuera, aunque no lo olvide. No creo que pueda de verdad ignorarlo.