noche

A veces la distancia está más adentro que afuera. Cada vez todo es más ajeno aunque nada cambie.

En la calle hace calor y todo está lleno de flores. En la casa la orquidea parece dispuesta a brotar una nueva flor después de muchos años de silencio. No sé si lo suyo sea paciencia o indiferencia. El tiempo para las plantas se debe parecer más a nuestra vivencia del espacio.

Ayer fuimos a la playa en bicicleta, otro ritual perdido. A veces me resigno a perder lo que me hace bien cuando quiebro la rutina que lo hace posible. Como si la traición del quiebre momentáneo me condenara a renunciar.

Quisiera volver de mi distancia. Quisiera estar menos lejos otra vez.