Hace calor afuera, creo que ya lo dije. Es fácil olvidar el invierno.
Por lo general prefiero mantenerme al margen del mundo. Más que todo porque me abruma participar. Pero de vez en cuando siento que debo decir algo porque supongo que hace falta o porque no decirlo me decepcionaría, me haría sentir que traiciono algún principio esencial sobre mí mismo en el que pese a todo todavía creo.
Hace un par de días en le parque de perros tuve un altercado con un par de personas que conozco que decidieron expresar sus opiniones discriminatorias en frente mío. Me ofendieron sus ideas, y la violencia que arrastran, pero también la sugerencia implícita de que yo no tendría ningún problema con ellas. Al final salí del parque molesto y angustiado, decepcionado también.