He estado distraído con la nieve y el invierno y todo lo que pasa, la amenaza.
Me distraigo con cualquier cosa. A veces con todo al mismo tiempo. Para no pensar. Para postergar lo que corresponda hasta que no haya de otra.
Hace un par de semanas estuve en Texas y todo parecía no solo falso sino caduco. Fue como viajar a un tiempo ya muerto.
Tal vez también me preocupo de más. Sé que no debería.
Al final hubo pista de hielo en el parque este año. La alcanzaron a disfrutar un par de semanas. Pero después llegó una tormenta de nieve que cubrió todo, incluso la pista. Y con las heladas y demás no hubo manera de recobrarla.
La semana pasada, de repente, todo se derritió en un par de días. Ahora solo queda el fango.